miércoles, 11 de agosto de 2010

Detenidos en China miles de seguidores de la secta Falungong


China, (Revistalogos.com).-En estos meses rodearon la residencia de los
líderes chinos, concentraron a más de 10.000
seguidores en el centro de Beijing y le dijeron en
persona al primer ministro del país que ellos, y no el
comunismo, salvarían a China del desastre. Desde ayer,
muchos miembros de la secta Falungong lo tendrán que
intentar desde sus celdas.
Una de las mayores operaciones policiales que se
recuerdan en China disolvió ayer hasta una docena de
manifestaciones en apoyo del Maestro Li, el peculiar ex
soldado chino que dirige a sus seguidores desde el
exilio en Nueva York. El Partido Comunista demostró
con su acción de ayer que no está dispuesto a aceptar
desafíos contra su autoridad, ya estén protagonizados
por trabajadores en paro, por estudiantes con sueños
democráticos o, como en este caso, por miembros de
una secta convencida de que los extraterrestres viven
entre nosotros.

Las manifestaciones de miembros de Falungong se
extendieron ayer por todo el país tras conocerse que 70
de sus líderes fueron arrestados el pasado martes. Esta
vez, sin embargo, las autoridades chinas estaban
preparadas: al menos 3.000 seguidores de la secta
fueron detenidos en Shenzhen, Guangzhou, Beijing y
otra media docena de ciudades.

Ardid extraterrestre

El grupo religioso chino practica las artes marciales, la
meditación y la demonización de las computadoras,
traídas al mundo por los extraterrestres para
desestabilizar a la Humanidad, según sus enseñanzas.

Con ideas como éstas, no es de extrañar que el Partido
Comunista no supiera cómo actuar cuando 10.000
miembros de la secta rodearon el pasado mes de abril
el palacio de Zhongnanhai, la vivienda oficial del
presidente Jiang Zemin y otros líderes chinos.

Superado el desconcierto inicial, el Partido formó un
gabinete para estudiar las medidas que se han de
tomar con el objetivo de desarticular la secta. Primero
se ordenó a los responsables de las empresas
estatales que desvelaran los nombres de cualquier
miembro de Falungong del que tuvieran noticias.
Después, varios policías lograron infiltrarse en el
corazón del grupo religioso e identificaron a un centenar
de sus líderes, que este pasado martes comenzaron a
ser detenidos.

Finalmente, el Partido emitió una orden en la que
prohibía cualquier manifestación de protesta de los
Falungong, un veto que ayer fue ignorado por los miles
de personas indignadas con lo que califican de
«persecución». Las actividades de Falungong
incomodan especialmente al Partido Comunista en este
año, que ha sido calificado como el año de la
«estabilidad».

El Gobierno lleva meses preparando la celebración del
50 aniversario de la fundación de la República Popular
de China, previsto para el próximo 1 de octubre. A los
ojos de Beijing, la secta de Li Hongzhi es una copia
moderna de las sociedades secretas semirreligiosas
que en la época de las dinastías conspiraban contra los
emperadores considerados injustos. Es decir, el tipo de
organización que puede estropear los festejos del 1 de
octubre.

Las autoridades se encuentran en la difícil situación de
frenar la influencia de la organización, pero sin provocar
excesivamente a sus miembros, especialmente
numerosos en ciudades industriales, donde el paro y la
inestabilidad son crecientes.

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